EN EL RECUERDO

COMO ANTES LO HICIERA EL PROPIO HIPÓLITO, HOY CONTAMOS CON LA COLABORACIÓN DE DAVID QUEROL PARA RECORDARLE

Hace escasamente un año no llega, como todos nosotros y nosotras recibimos la triste noticia del fallecimiento del compañero y amigo Hipólito Granero. Una persona afable y correcto con los compañeros/as, pero sobre todo gran erudito del mundo que compartimos todos de la Extranjería y el derecho de inmigración. Aún acuerdo cuando lo conocí hace muchos años en unos cursos de verano en Jaca, con nuestros queridos también maestros Ángel Chueca (tristemente también desaparecido) y Pascual Aguelo. Y ya supe siendo ambos alumnos de ese curso la calidad del conocimiento que rebosaba de derecho de Extranjería y de la Unión Europea, era algo palpable, práctico y sobre todo con una visión jurídica indiscutible en la materia. Donde dos más dos no son cuatro y siempre buscando los derechos humanos del justiciable y los derechos de los extranjeros. Yo en ese momento no era abogado y era un mero estudiante de primeros años de derecho. Pero desde ese prisma descubrí o mejor dicho gracias a Hipolito, Ángel y Pascual una visión de lucha y la aplicación de las normas de Extranjeria y la visión de las leyes que afectan a los ciudadanos de la UE como ellos decían. Como una aplicación real del día a día hacia las personas extranjeras de carne y hueso que ya en ese momento, y anteriormente yo atendia en el Consulado de Guinea Conakry en Barcelona, intentado buscarles soluciones sin ser como digo en ese momento abogado, pero con esas ganas que me dieron por aprender la parte legal discutible y por tanto interpretable. Pero teniendo en cuenta que la norma existía y se debía de aplicar.
Esas son las cosas que ellos me enseñaron especialmente Hipolito y que principalmente en una condición no solo como compañero, sino como amigo desde el minuto uno tras conocerlo que pude apreciar. Era normal una charla con él por teléfono para darme su opinión por la distancia para compartir esas visiones jurídicas. Como para felicitarnos los aniversarios y otras circunstancias.
Y también compartir en encuentros de nuestra materia amada de Extranjería y muchas horas ya siendo después abogado.
Pude compartir no solo una relación de compañerismo y afecto vivo tanto en el ámbito personal como profesional. Recuerdo una escapada que hice a Valencia a un congreso de derechos humanos y que en el momento que le avisé siempre me recibió con los brazos abiertos junto con nuestro querido Paco Solans y el amigo Vladimir o la Excursión que hicieron desde Valencia a mi casa colegial de Mataró para inaugurar la Comisión de Extranjería de mi pequeño pero humilde colegio. Ese respaldo siempre se lo agradeceré a él a Paco y Vladimir porque permiten no solo compartir momentos inolvidables e irrepetibles para el colegio en ese momento, sino por el gesto de amistad que generó en mi este hecho. Que tres compañeros pero sobre todo amigos quisieron estar para arroparme en ese momento y compartirlo. Aún hablando con compañeros/as que asistieron ese día recuerdan las ponencias y eso les ha marcado en su desarrollo del día a día en esta nuestra materia de Extranjería.

Esto es lo que provocaba Hipólito en todos sobre todo en el compartir la amistad de los que estábamos a su alrededor en el ámbito de la profesión en el mundo de Extranjería que la abrazaba y nos provocaba, con su visión jurídica procesal del derecho humano tangible del extranjero, no solo de manera sustantiva sino aplicable delante de los jueces. Y sobre todo, el poderlo expresar con el máximo respeto, y cuestionarlo frente a la visión de la administración. El como aplicabar las normas que nos eran comunes pero claramente y muchas veces no las aplicaban o por desidia hacían como decía yo un copiar pegar. Aprendí de él con sus comentarios y consejos la elegancia, a aplicar en la batalla jurídica en pro de los que no pueden alzar la voz siendo los más vulnerables.
Este es otro de los elementos que me transmitió y aprendí de Hipolito. Esa parte de ser compañero, persona que compartía sus visiones jurídicas, como en la lucha del Quijote en el pasaje de la lucha frente a los molinos, pero siendo que los gigantes eran de verdad gigantes y las armas la jurisprudencia, para atacar. Que pudieran verdaderamente doblegar los en pro de los derechos los justiciables.
También el aprender, el como esa interpretación de la norma la cual las dota de derechos humanos para nuestros justiciables, poderla extraer en un juicio convertida en clase magistral, por la jurisprudencia compartida por el querido amigo en los derechos tangibles. Provocando convertir en carne y hueso de nuestros clientes en los juicios, la dotación al servicio, de esas herramientas que con su visión para trasladar de manera óptima, a los interlocutores del proceso, expresaban elementos didácticos y pedagógicos de la Extranjería mas analítica.
Y siempre con el mayor de los respetos y de manera procesal sustantiva hacía el juez. Muchas veces cuando acabamos los juicios, éstos preguntaban y pedían opinión sobre lo planteado cuando eran de aplicación elementos de normativa europea en este ámbito. Y siempre respondía un compañero y amigo abogado de Valencia es quien ya lo había planteado. En un claro efecto de ser transmisor de su visión.

Hipólito hablaba claramente en las múltiples sentencias y recursos que obtuvo y que todos pudimos ver y compartir. Y que a muchos de nosotros nos han servido para aplicar en el día a día. No hay momento en cuanto ahora entro en una clase de la Universidad de Barcelona para dar esta materia de Extranjería que no me acuerde de él de Ángel Chueca, de Paco Solans y de tantos otros compañeros y compañeras, que todavía afortunadamente nos acompañan y que podamos compartir y recordar para mantener vivo su recuerdo. El recuerdo de nuestro querido Hipolito que siempre iba más allá en el análisis de la visión jurídica de extranjería. Se y me consta que mi visión modesta de la relación con él. Se verá exponenciada por otros compañeros y compañeras que lo expresaran con palabras escritas o no. Pero para mi estás palabras que salen de mi mente es la forma de reflejar el afecto profesado a nuestro querido amigo y de recordarlo por medio de estas lineas. Ya que lo tengo muy presente en cada juicio de esta materia que amamos y en cada clase siempre está el ciudadano de la UE o el todo debe de cuestionarse de manera jurídica.
Quizás simplemente es que hecho de menos a un compañero pero sobre todo a un amigo.

Al Extranjerista que me marco en el día a día. Hipolito Granero Vicente.

David Querol, abogado de Mataró, alumno y compañero, amigo, de Hipólito y mio.