COMO SALIR DE UNA BOCA DE LOBO

ALMERIA 2024. MI RESPUESTA

Hace unos días fui invitado a unas jornadas sobre extranjería organizadas por el Colegio de Graduados Sociales de Almeria, en un estupendo hotel, y con un programa un tanto recargado de cargos institucionales, y en el que avisé que temía que mi conferencia iba a ser algo así como la “nota crítica”. Comenzando por el Director General, continuó la jefa de la Abogacía del estado, tras la que se situó mi intervención y después una mesa redonda de jefes de oficina, con cuatro de ellos, en la primera mañana.

Mi intervención trataba sobre las dificultades cotidianas con las que nos enfrentamos los extranjeristas, y tuve que exponer con mucha premura, eliminando incluso el capítulo final dedicado a los jueces, y sin poder casi ilustrar cada una de mis afirmaciones con ejemplos vívidos y vividos, lo cual desde luego hubiera sido muy deseable por cómo se me comprendió, o quizá se me tergiversó. El esquema que iba siguiendo se acompaña al final.

Cuando terminé y fue el turno de la mesa de jefes, sin haber dicho nada en el turno de preguntas, es decir, huyendo de poder rebatir o de entrar en debate, aprovecharon su intervención para demostrar lo ofendiditos que estaban, y soltaron todo lo que se les ocurrió en un tono personal y de contestación a mi intervención, que intentaré resumir. Creo que demostraron poca “deportividad”, una finísima piel y una capacidad de comprensión bastante cuestionable. Quizá creían asistir a una especie de juegos florales y que habían ido a pasar unos días de asueto, compañerismo, francachela y pizpiretos ofrecimientos de amistad eterna, con su puntito de pelotilleo, y en el típico “marco incomparable”. Pero se encontraron no sólo  las alabanzas que esperaban, sino una crítica fundada y sostenida en hechos, que con la que está cayendo, era más que previsible.

El extranjerista no va a dejar sin contestar la mayor parte de sus diatribas — pues frente a mis esforzadas argumentaciones, no llegaron a hilvanar un cochino silogismo. Curioso que en ningún momento negaran nada, sino se limitaran a una crítica personal sobre bases puramente formales. Si hubieran sido abogados sabrían que así no se construye una defensa sólida, y me temo que al final de las jornadas el veredicto es que perdieron el juicio al que ellos mismos se sometieron.

Porque no fue sólo mi intervención, sino que de la del representante del Defensor del Pueblo al dia siguiente que permitió extraer no pocas conclusiones de cómo se hacen las cosas en tantas ocasiones, cómo se retuercen y tergiversan los conceptos, siempre en la misma dirección. Aunque sobre todo fue la intervención del Director de la UGE, una auténtica exhibición de eficacia y buen criterio que hizo que todo el mundo, en su fuero interno, hiciera comparaciones – claro, ya se sabe que siempre son odiosas — en las que algunas oficinas provinciales no quedaban muy bien paradas.

Se me acusó de utilizar un lenguaje bélico, de hablar de jefes díscolos, de la Administración como enemigo, pero no se molestaron en rebatir la mayor, y es que es evidente que en esas oficinas hay una guerra — o como quieran llamarlo, conflicto, huelga de celo, formulismos ultrarrestrictivos, interpretaciones contra las personas….–  a base de imposiciones feroces de criterios implacables, sin mayor explicación que la que uno se busque, una guerra en la que cuentan con poderosísimos aliandos y que desde luego los extranjeros, víctima de este tomate, no han declarado. 

Yo había dejado bien claro que no todas las oficinas eran iguales ni funcionaban con la misma dinámica. Incluso comenté que había encargado al portal de transparencia unas tablas de porcentaje de resolución para ilustrar esa diferencia, disculpándome porque esos no me habían llegado aún pese a esperar más de un mes – ya me llegarán y se harán públicos –, pero que podía adelantar que había diferencias de hasta más de un 20% en los índices de denegación entre unas y otras. Sin embargo, quizá por darse por aludidos, me acusaron de generalizar, lo cual, por su falsedad, no dejó de sorprender a muchos que me expresaron después su perplejidad.

Rebrochaban haberles llamado racistas y xenófobos, escandalizados por ello, cuando, en la expresión reiterada de intentar encontrar explicaciones, lo que dije es que entre las posibles no podía descartarse la influencia como factor de una realidad sociológica innegable, como es el incremento de la xenofobia y el racismo, argumentándolo con los notorios resultados de determinado partido político al que no reconozco la dignidad de nombrarlo. ¿Fue tergiversación malintencionada o mera o incapacidad de comprender?. No lo se. Ojalá pudiera pensar en otra explicación distinta de esas dos en el que la deducible calificación personal de los responsables fuera más liviana.

Las críticas más personales casi ni me acuerdo de ellas: que si parecía mentira que yo fuera un profesional con más de 30 años de experiencia, que si mala educación, que si agresivo, y bla, bla, bla. Que si había construido una absurda teoría de la conspiración al decir que se intentaba agotar la paciencia de las personas, sin entender que lo que reclamamos todos es una serie de explicaciones creíbles al por qué se producen resoluciones que no hacen más que obligar a la reiteración de expedientes ad infinitum, y saber a quién beneficia esa estupidez … sobre todo si su queja sempiterna y su única pretendida explicación es la falta de medios y personal, lo que resulta en una incoherencia manifiesta: “me quejo de que tengo mucho trabajo pero con mi actitud en lugar de reducirlo lo multiplico”. Tampoco hubo esfuerzo alguno en explicar esa manifiesta contradicción, salvo la tontería que comento a continuación.

Porque lo que más me dolíó de su pretendida respuesta fue algo en lo que curiosamente coincidieron. Uno aludió al imperio de la ley y el otro al principio de legalidad.

A preguntas de un funcionario de oficina que se identificó además como compañero de  sindicato, tuve la oportunidad de mostrar una profundización en mi reflexión, desde un punto de vista ético, y para ello hablé de márgenes de actuación. Mostré mi más profundo respecto a todos aquellos que tomen las decisiones que corresponda sencillamente porque están obligados a ello, o por sus jefes o por la norma, e incluso me solidaricé con quien me preguntaba, que expresó los conflictos con su conciencia que sufren, pero que como funcionarios, no les toca otra que acatar. Ahora bien – aclaré — cuando dentro de los márgenes legales un funcionario con capacidad para ello toma la decisión que más perjudica y machaca a una persona, en lugar de tomar otra que, dentro de ese mismo margen e igualmente legal, beneficia y reconoce la dignidad humana de esa persona, dije, y repetiré las veces que haga falta, que pienso que entonces estamos ante una mala persona. Sorprendente que esa expresión no pareciera molestarles, pues nada dijeron sobre ella.

Sin embargo, y a pesar de esa explicación, salieron con lo del principio y el imperio, demostrando que, o no habían entendido nada, o de nuevo tergiversaban. Pero que en un foro de juristas, donde conocemos no sólo la norma sino sus a veces amplísimos márgenes, se insinuara que carecen de esos márgenes, que todo lo que hacen lo hacen en cumplimiento de la Ley, en el sentido único al que se ven avocados, como si no pudieran hacer las cosas sino única y exclusivamente como las hacen, fue un insulto a la inteligencia jurídica de todos los presentes y un tórrido ejercicio de cinismo.

FRANCISCO SOLANS PUYUELO

Secretario portavoz de Extranjeristas en Red

Premio Nacho de la Mata 2022 a la defensa de los Derechos Humanos del Consejo General de la Abogacía de España

EN EL RECUERDO

COMO ANTES LO HICIERA EL PROPIO HIPÓLITO, HOY CONTAMOS CON LA COLABORACIÓN DE DAVID QUEROL PARA RECORDARLE

Hace escasamente un año no llega, como todos nosotros y nosotras recibimos la triste noticia del fallecimiento del compañero y amigo Hipólito Granero. Una persona afable y correcto con los compañeros/as, pero sobre todo gran erudito del mundo que compartimos todos de la Extranjería y el derecho de inmigración. Aún acuerdo cuando lo conocí hace muchos años en unos cursos de verano en Jaca, con nuestros queridos también maestros Ángel Chueca (tristemente también desaparecido) y Pascual Aguelo. Y ya supe siendo ambos alumnos de ese curso la calidad del conocimiento que rebosaba de derecho de Extranjería y de la Unión Europea, era algo palpable, práctico y sobre todo con una visión jurídica indiscutible en la materia. Donde dos más dos no son cuatro y siempre buscando los derechos humanos del justiciable y los derechos de los extranjeros. Yo en ese momento no era abogado y era un mero estudiante de primeros años de derecho. Pero desde ese prisma descubrí o mejor dicho gracias a Hipolito, Ángel y Pascual una visión de lucha y la aplicación de las normas de Extranjeria y la visión de las leyes que afectan a los ciudadanos de la UE como ellos decían. Como una aplicación real del día a día hacia las personas extranjeras de carne y hueso que ya en ese momento, y anteriormente yo atendia en el Consulado de Guinea Conakry en Barcelona, intentado buscarles soluciones sin ser como digo en ese momento abogado, pero con esas ganas que me dieron por aprender la parte legal discutible y por tanto interpretable. Pero teniendo en cuenta que la norma existía y se debía de aplicar.
Esas son las cosas que ellos me enseñaron especialmente Hipolito y que principalmente en una condición no solo como compañero, sino como amigo desde el minuto uno tras conocerlo que pude apreciar. Era normal una charla con él por teléfono para darme su opinión por la distancia para compartir esas visiones jurídicas. Como para felicitarnos los aniversarios y otras circunstancias.
Y también compartir en encuentros de nuestra materia amada de Extranjería y muchas horas ya siendo después abogado.
Pude compartir no solo una relación de compañerismo y afecto vivo tanto en el ámbito personal como profesional. Recuerdo una escapada que hice a Valencia a un congreso de derechos humanos y que en el momento que le avisé siempre me recibió con los brazos abiertos junto con nuestro querido Paco Solans y el amigo Vladimir o la Excursión que hicieron desde Valencia a mi casa colegial de Mataró para inaugurar la Comisión de Extranjería de mi pequeño pero humilde colegio. Ese respaldo siempre se lo agradeceré a él a Paco y Vladimir porque permiten no solo compartir momentos inolvidables e irrepetibles para el colegio en ese momento, sino por el gesto de amistad que generó en mi este hecho. Que tres compañeros pero sobre todo amigos quisieron estar para arroparme en ese momento y compartirlo. Aún hablando con compañeros/as que asistieron ese día recuerdan las ponencias y eso les ha marcado en su desarrollo del día a día en esta nuestra materia de Extranjería.

Esto es lo que provocaba Hipólito en todos sobre todo en el compartir la amistad de los que estábamos a su alrededor en el ámbito de la profesión en el mundo de Extranjería que la abrazaba y nos provocaba, con su visión jurídica procesal del derecho humano tangible del extranjero, no solo de manera sustantiva sino aplicable delante de los jueces. Y sobre todo, el poderlo expresar con el máximo respeto, y cuestionarlo frente a la visión de la administración. El como aplicabar las normas que nos eran comunes pero claramente y muchas veces no las aplicaban o por desidia hacían como decía yo un copiar pegar. Aprendí de él con sus comentarios y consejos la elegancia, a aplicar en la batalla jurídica en pro de los que no pueden alzar la voz siendo los más vulnerables.
Este es otro de los elementos que me transmitió y aprendí de Hipolito. Esa parte de ser compañero, persona que compartía sus visiones jurídicas, como en la lucha del Quijote en el pasaje de la lucha frente a los molinos, pero siendo que los gigantes eran de verdad gigantes y las armas la jurisprudencia, para atacar. Que pudieran verdaderamente doblegar los en pro de los derechos los justiciables.
También el aprender, el como esa interpretación de la norma la cual las dota de derechos humanos para nuestros justiciables, poderla extraer en un juicio convertida en clase magistral, por la jurisprudencia compartida por el querido amigo en los derechos tangibles. Provocando convertir en carne y hueso de nuestros clientes en los juicios, la dotación al servicio, de esas herramientas que con su visión para trasladar de manera óptima, a los interlocutores del proceso, expresaban elementos didácticos y pedagógicos de la Extranjería mas analítica.
Y siempre con el mayor de los respetos y de manera procesal sustantiva hacía el juez. Muchas veces cuando acabamos los juicios, éstos preguntaban y pedían opinión sobre lo planteado cuando eran de aplicación elementos de normativa europea en este ámbito. Y siempre respondía un compañero y amigo abogado de Valencia es quien ya lo había planteado. En un claro efecto de ser transmisor de su visión.

Hipólito hablaba claramente en las múltiples sentencias y recursos que obtuvo y que todos pudimos ver y compartir. Y que a muchos de nosotros nos han servido para aplicar en el día a día. No hay momento en cuanto ahora entro en una clase de la Universidad de Barcelona para dar esta materia de Extranjería que no me acuerde de él de Ángel Chueca, de Paco Solans y de tantos otros compañeros y compañeras, que todavía afortunadamente nos acompañan y que podamos compartir y recordar para mantener vivo su recuerdo. El recuerdo de nuestro querido Hipolito que siempre iba más allá en el análisis de la visión jurídica de extranjería. Se y me consta que mi visión modesta de la relación con él. Se verá exponenciada por otros compañeros y compañeras que lo expresaran con palabras escritas o no. Pero para mi estás palabras que salen de mi mente es la forma de reflejar el afecto profesado a nuestro querido amigo y de recordarlo por medio de estas lineas. Ya que lo tengo muy presente en cada juicio de esta materia que amamos y en cada clase siempre está el ciudadano de la UE o el todo debe de cuestionarse de manera jurídica.
Quizás simplemente es que hecho de menos a un compañero pero sobre todo a un amigo.

Al Extranjerista que me marco en el día a día. Hipolito Granero Vicente.

David Querol, abogado de Mataró, alumno y compañero, amigo, de Hipólito y mio.

CASAS VIEJAS 1933 – MELILLA 2022

A primeros de 1933 un gobierno de coalición con el PSOE y presidido por Azaña, se tuvo que enfrentar a una convocatoria anarquista de insurrección que se saldó con pocos – para la época – incidentes reseñables y se controló, con una excepción trágica. Desde un villorrio de Cádiz llegó la noticia de que unos paisanos habían conseguido agredir a algunos guardias civiles y guardias de asalto del cuartel, regresando después a su choza, donde se defendieron a tiros. Allí fueron aplastados, ametrallados y quemados en la chabola, sin miramientos, por una fuerza inmensamente mayor. El capitán Rojas dijo seguir las la orden del Director General de Seguridad, Arturo Menendez, de que abrieran fuego sin piedad. A una sola mujer y a su bebé se les permitió salir. El resto, 6 personas, murieron en el asalto a sangre y fuego.

Pero lo peor estaba por llegar. Esa noche – los imagino arrojados al delirio por una etílica celebración de su victoria – se entregaron a una orgia de sangre. Casado ordenó detener a los militantes anarquistas del pueblo y ante las ruinas de la choza asesinaron a sangre fría a doce personas más.

El 2 de febrero un gobierno sorprendido optó por la solución fácil: dar credibilidad a los informes del capitán dados al ministro de interior, Santiago Casares Quiroga, que negó cualquier extralimitación de sus tropas, y echar la culpa a los anarquistas, pese a que se empezaban a conocer parte de los hechos. “En Casas Viejas ocurrió lo que tenía que ocurrir” dijo Azaña.

Cuando se hizo una investigación judicial independiente y otra por una comisión parlamentaria se supo más de la verdad se destituyó a Menendez y se detuvo a Rojas, el cual fue juzgado y condenado sólo un año después, aunque implicó al mismo Azaña de forma poco creíble.

Aun así, la duda había echado raíces, y su sombra acompañó a Azaña durante la tragedia mayor que se avecinaba, y en el gobierno de coalición se abrió una brecha bajo el ruido de fondo de la victoria de Hitler en Alemania ese mismo 30 de enero, y las elecciones municipales de abril, malas para una izquierda rota en varias facciones, provocó en junio la caída de Azaña y la entrega del gobierno a un personaje como Lerroux, comienzo del bienio negro.

(Fuentes: Wikipedia https://es.wikipedia.org/wiki/Sucesos_de_Casas_Viejas ; https://www.eldiario.es/andalucia/matanza-casas-viejas-memoria-represion_1_1735512.html y pgs. 266 ss del tomo 18 de la Historia de España de Jhon Lynch, editada por El Pais, Madrid 2007. )

¿A qué viene este rollo del extranjerista, que se nos ha vuelto más un profesor de historia como el que recordamos todos que en el instituto nos avasallaba con datos, fechas y listas que memorizar? Los más aviesos ya lo habrán adivinado, y algún aviso he dado en otras páginas de la reflexión a que me conduce este episodio triste de la historia.

Un gobierno que reacciona a las primeras de cambio echando balones fuera y creyendo a pies juntillas las mentiras de sus subordinados, quienes a su vez se esconden detrás de ellas, es comprensible. Máxime si nos movemos en un el marco de un conflicto fronterizo con un vecino incómodo, cuya actitud en la materia no ha sido hasta ahora muy edificante que digamos. Pero la verdad al final sale a la luz. Cierto que los medios de comunicación españoles deben hacérselo mirar, y preguntarse por qué tienen que venir de fuera a hacer su trabajo. Y digo hacer su trabajo, no mejor o peor, sino simplemente a hacerlo, pues que me responda alguien a qué medio español le ha interesado realizar una investigación a fondo, a riesgo de que resultara lo que resultara. Aun es tiempo, me respondo siempre optimista, de que surja un Ramón J. Sender actual para escribir un “Viaje a la aldea del crimen”.

Pero ante esa perspectiva siempre es mejor adelantarse no por la vía de la negación insistente, cuando no las burdas evasivas, sino por la exposición detallada. Máxime cuando muchos elementos abundan en un cuestionamiento nada inquisitorial, sino plenamente lógico. Si las muertes se produjeron por aplastamiento contra la valla, que se encuentra en territorio español, ¿cómo seguir sosteniendo que las mismas muertes se produjeron en territorio marroquí y son su jurisdicción? ¿Acaso entre la valla rojigualda y los rostros aplastados de los inmigrantes sudaneses existía una fina película cuántica que los separaba de los derechos de un país que se dice democrático? ¿Es creíble que no se abrieran las puertas porque los policías españoles se sentían amenazados en su vida por una masa de miserables desarmados que nada apunta que pretendieran otra cosa que cruzar? ¿Cuántos, cómo, quiénes, dónde las autopsias, por qué las tumbas tan rápidamente abiertas, por qué los testigos/victimas tan velozmente alejados?

Eso y más, antes de las imágenes que nos han espeluznado estos días. Después, la evidencia es que la actitud de Marlaska ha sido la de entorpecer, evitar, impedir, eludir, ocultar, insistir en lo obvio con evidente intención de desviar la atención, argumentar falazmente (no, los rechazos en frontera o las devoluciones en caliente no fueron legales, se diga lo que se diga. ¿dónde los nombres, las reseñas, la individuación, dónde los expedientes exigidos por los altos tribunales que sobre la cuestión se han pronunciado?), protegerse y proteger a los suyos. Pero si en 1933 esa misma actitud sostenida sólo por unas semanas se sumó a las tensiones de una situación política inestable imaginemos cuánto sumará ahora un ministro hundido en su propia trampa a la desafección, la decepción, el perfeccionismo estúpido si queréis y la labor de zapa que la demagogia de unos medios vendidos se encarga de alimentar.

Estos días, por fin, se dirigirán sus señorías en apretada agenda a Melilla, cuatro meses después, para comprobar in situ. Por fin se ha prometido permitir la visión de todas las grabaciones, aunque lo mismo se le dijo al Defensor del Pueblo, y claro, una promesa rota hace difícil que te crean las siguientes.

Sin adelantar conclusión alguna, sin prejuzgar nada, incluso confiando con algo de ingenuidad en esa comisión parlamentaria, lo cierto y ya sentado es que la gestión que se ha hecho de este acontecimiento ha sido nefasta, que con un poco de inteligencia hubiera bastado con prometer investigaciones en profundidad, en vez de apresuradas y fatuas afirmaciones de corrección y legalidad en momentos en que ni tan siquiera los más informados podían estarlo. La insistencia en ellas, e intentar devolver la pelota con la consabida “falta de pruebas” cuando millones de personas han podido verlo en sus televisores ya constituye un ejemplo infame del tan cansino “sostenella y no enmendalla” a que una clase política obsesionada por confundir tozudez con fuerza nos tiene lamentablemente acostumbrados. Y lo dice un abogado aragonés.

¿Se ha actuado así para intentar evitar el escándalo que supuso en 1933 la actuación de fascistas infiltrados en las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado?. Quizás sea una de las preguntas que deben ser respondidas. ¿Saben que fue del Capitán Casado? Tras apenas dos años en la cárcel fue liberado y se unió con honores a las fuerzas sublevadas contra la República. Seguramente terminó condecorado.

AGRADECIMIENTO

Mi infinito agradecimiento a Fundación Raices, Fundación Abogacía y al
Consejo General de la Abogacía Española y a tantos otros, por el emocionante
reconocimiento que supone para mí la concesión del premio Nacho de la Mata por
30 años de lucha por los DDHH de los inmigrantes. En mi nombre y el de tantos
que me han acompañado en estos años.

Mi recuerdo emocionado en estos momentos de Nacho, de Iñaki, de mi querido
Hipólito, que sé que se hubieran alegrado tanto conmigo como tanto lucharon por
la misma causa.

Mi reconocimiento a las instituciones y organizaciones en que he crecido y
me he hecho, especialmente al proyecto actual en que me encuentro embarcado,
Extranjeristas en Red.

Una grave responsabilidad llevar a partir de ahora mi nombre asociado al de
este premio, pero prometo que será un nuevo aliciente para continuar en la
brecha, le pese a quien le pese y caiga quien caiga.

El lunes casi se me pasa leer este mensaje del Consejo General — son tantos
correos los lunes por la mañana, tanto mensaje — pues en un primer momento
creí que me invitaban a asistir a la entrega de premios, y pensé agradecer la
invitación y declinarla. Sólo al releerlo me di cuenta de su contenido y que,
contra todo pronóstico que pudiera concebir, era yo, yo mismo, personalmente, el
que había sido elegido para recibir el premio.

A partir de ese momento me invadió una auténtica montaña rusa de emociones.
Tan pronto me sentía humillado por mi orgullo como envanecido de humildad.
Autocuestionado a un tiempo que haciendo balance de más de 30 años de lucha, de
lo conseguido como de lo fracasado.

Cuando avisé a un par de amigos y se comenzó a correr la voz, las
felicitaciones han sido incontables durante toda esta semana, y me he sentido
abrumado, querido, e incluso gozosamente ignorado por quienes su silencio
retrata. En tanto tiempo al pie de un cañón uno no sólo hace amigos.

Pero como se que en este mundo de redes y sobreexposición y sobrecarga de
noticias, a muchos de entre los que me siguen y me quieren no les habrá llegado
la noticia, voy a permitirme emplear este cauce, que hasta ahora ha servido de
expresión de mis historias y frustraciones, para informar de ella, y asimismo
de mi satisfacción por el premio.

No es la vida del extranjerista pródiga en alegrías como para no celebrar —
hasta el riesgo del exceso si fuera necesario — las que nos llegan. Por una
vez este blog es una celebración — en toda la extensión feliz de esa palabra
— que comparto, que hago vuestra como mia es:

 

LAS TONTERIAS QUE DICEN DE UNO

Primero justificar el título, o sea, que se puedan leer las tonterías que dicen de uno:

https://cadenaser.com/comunitat-valenciana/2022/06/09/delegacion-de-gobierno-acusa-al-abogado-paco-solans-de-hacer-una-interpretacion-tendenciosa-de-las-cifras-y-defiende-la-profesionalidad-de-los-funcionarios-de-las-oficinas-de-extranjeria-radio-valencia/

Y aquí mi respuesta, para que se conozca:

EN RESPUESTA A GLORIA CALERO SOBRE INFORMACION APARECIDA EN LA SER HOY 9/08/2022

La ingenuidad de este letrado, que en su momento pensó advertir a la Delegación de algo de lo que debía ocultárseles y que era de su responsabilidad, quedó ya sobre aviso cuando a los datos y razonamientos, la cita de expedientes, y los ejemplos de atropellos incalificables por parte de la Oficina de Valencia se permitieron contestar con evasivas, excusas y cifras mal contexualizadas.

Pretende ahora la Delegada en funciones dejarle un papelón a su sustituta – algún día se explicará debidamente las razones de la sustitución – respondiendo con agosticidad a la demostración inapelable que se presentó con cifras de unas veinte oficinas de toda España en relación a los INDICES DE RESOLUCION DE FONDO favorable o negativa. La Delegación había pretendido defender a la Oficina de Valencia con los índices relativos al mero ámbito de la Delegación, con lo que destapó sus propias vergüenzas: pidiendo los datos de unas veinte oficinas del resto de España, apareció en torno a un diferencial de un 20% mayor de denegaciones en las de la Comunitat, responsabilidad de la Delegada.

La queja, informe o denuncia presentada aludía a resoluciones de fondo y en comparación con una muestra de todo el estado, también con Madrid o Barelona. Se intenta responder ahora sólo con cifras de tardanza de resolución y sólo respecto a esas dos provincias, y se nos acusa de “tendencioso”, y se contesta de la manera antedicha, aludiendo a falta de rigor y añadiendo además que “ni tan siquiera ella tiene potestad para contestarlos”.

Al parecer, una de las razones del relevo de la Sra. Calero es por no conocer sus propias potestades y responsabilidades como Delegada del Gobierno, o no saber lo que firman sus subordinados, sometidos a su coordinación.

Los datos son tozudos y claros, a veces excesivos, y la gente se pierde en su marasmo. Pero la advertencia hecha en su dia era una comparación entre resoluciones – no tardanzas – cuyo diferencial sólo esconde una motivación posible, y es una interpretación forzada y sesgada – por ideología — de la normativa. La contestación dada no es sino un intento de manipulación malintencionada cara a la opinión pública y deja sin respuesta la única pregunta válida: ¿Por qué en Valencia, Castellon y Alicante se deniega un 20% más que en el resto de España, con la misma normativa, si no es por sesgo ideológico?

No tema la Sra. Calero, que no terminan las cifras de salir, y se ha pedido ya al portal de transparencia datos sobre el fondo de las resoluciones de otro tipo de expedientes, como menores o reagrupación familiar, y en cuanto los recibamos se harán públicos convenientemente. Si nuestra hipótesis es correcta, de nuevo veremos cifras vergonzantes. 

Francisco SOLANS PUYUELO

ABOGADO.

Secretario portavoz de Extranjeristas en red

Presidente de SOS RACISME PV.

LO QUE ME DUELE:

El insulto a la inteligencia general que supone una manipulación tan burda. En plenas vacaciones, intentar pillarme con el pie cambiado diciendo las estupideces — perdón, no cabe otro calificativo — que dice o le hacen decir a esta buena señora, es de juzgado de guardia. Cualquiera que esté al tanto de la notica sabe que el único sesgo ideológico atribuible en este ¿debate? es a quienes deben contestar a una única pregunta que eluden torpemente, que la falta de rigor está en esta premeditada confusión de términos, y que no hay mayor demagogia que acusar de paja en ojo ajeno cuando se exhibe viga en el propio, y que cree el ladrón que todos son de su condición.

NUEVO REGLAMENTO, NECESIDAD DE NUEVAS MEDIDAS Y NUEVA MENTALIDAD

Suenen las campanas: se concederá permisos de residencia a quien lleve dos años y prometa hacer una formación; el contrato podrá ser real, y no carrera de obstáculos; el arraigo laboral se racionalizará después de una instrucción que mejor olvidar; los familiares – mejor dicho, los españoles que tienen familiares extranjeros — verán reconocidos sus derechos sin requisitos absurdos. Y algunas otras cosas más que reservo a la letra pequeña, a la lectura de lo finalmente publicado en el BOE. Ya en su día celebramos esta reforma y la saludamos, hemos colaborado a ella con nuestras ideas y enmiendas que aun no sabemos en qué medida habrán sido estimadas.

Parece que se han tenido que superar los obstáculos habituales. Los conocidos y los inesperados. La mentalidad obtusa de quienes defienden la existencia real de ese mito abyecto del efecto llamada, la mendacidad suprema de quienes son tan incapaces de ponerse en el lugar del otro que no entienden la realidad más allá de sus narices de blancos burgueses del primer mundo, y sólo entienden el incentivo del beneficio. Criados en muelles cunas, arropados por conservadoras familias de bien, trabajan desde sus silenciosos despachos de alto funcionario y se permiten desconocen – ¿o desprecian? – la desesperación como supremo estímulo, e insisten en esa falacia con la que autoengañan a sus debilitadas conciencias. Ya los conocemos, y nunca se cansan (poco trabajan, desde luego no mucho con el cerebro).

Pero otro obstáculo reseñan las crónicas, este no por conocido menos cínico, pues esconde otro tipo de miseria: la cobardía del burócrata, tan inane como el anterior a los efectos de su blando bienestar sobre los otros. Se nos cuenta que el Ministerio de Administraciones Públicas ha objetado un posible colapso de sus Oficinas de Extranjería, cuyos resultados a día de hoy no son capaces de ocultar una realidad dominada por la falta de razonabilidad, y la preferencia por perjudicar a mil que merecen el derecho, antes que beneficiar a un minoritario defraudador con el derecho que no merece.

Los expedientes que se resuelven en las Oficinas de Extranjería son de una simplicidad que para sí quisieran la mayoría de funcionarios del mundo, y si de algo pecan por complicación es por la búsqueda artificial y artificiosa de complicaciones burdas y absurdas, que sólo tienen la intención de obstruir, impedir, dificultar e inflar cifras que, por impresentables que resultan, sólo a ellos benefician. Detrás de esas cifras, el desesperado espera, y espera, y espera, y tantas veces se frustra. En demasiadas ocasiones se ha jugado a poner trabas estúpidas y generales a todo el mundo, por la tonta paranoia de la mera posibilidad de unos pocos engaños. Las cifras de tardanza en resolver ya no engañan a nadie.

Una solución proponemos, sin embargo, prevista en la Ley, posible, operativa, simplificadora, y realizable sin esfuerzo: el artículo 56 de la Ley de Procedimiento Administrativo puede y debe interpretarse fuera de los estrechos marcos sancionadores – al fin y al cabo, se sitúa como parte del procedimiento común – y permitir que el inicio de un procedimiento a instancia de parte suponga, como regla general, la CONCESION PROVISIONAL de la solicitud, al menos en cuanto a sus efectos más inmediatos.

Ello beneficiaría a todas las partes en juego: el empresario que firma el contrato podría tener al trabador en el puesto unos pocos días después, el extranjero trabajando y cotizando, el autónomo ejerciendo y aportando, la Administración libre del estrés y ansiedad de tener que resolver miles de expedientes de los que depende el ejercicio de derechos vitales para mucha gente, aumentaría su organización y eficacia; el interés público no se vería desamparado ante posibles fraudes que siempre podrán ser detectados a posteriori (en los pocos casos en que se dan) frente al impedimento a priori de todos los casos marcado por el imperio de la desconfianza. 

Si no queremos que la reforma se quede inoperante por las trabas de los de siempre, escondidos tras sus poltronas, se requieren medidas valientes y decididas.

Francisco Solans Puyuelo Portavoz Secretario de Extranjeristas en Red

LA RESPONSABILIDAD DE LA SUBCONTRATACION MIGRATORIA

Ya hace algunos años que Europa, y España en particular, vienen adoptando una estrategia, sólo en algunas ocasiones explícita – las más, oculta vergonzantemente tras eufemismos varios – consistente “subcontratar” el trabajo sucio del control migratorio en manos de terceros países, no tan exigentes en su tradición y legislación con el respeto a los derechos humanos. Ya en fecha tan lejana como 1992 se firmó un acuerdo con Marruecos que ha demostrado no ser sino un instrumento del país Alahuí para manejarnos a su antojo. Pero ha habido precedentes sin cuento en la política europea durante todo ese tiempo que no permiten que nos enorgullezcamos, ni como europeos, ni como modelo de gestión. En el 2015 la UE en pleno – aunque reunida en un subterfugio de organismo inexistente para evitar el control del Derecho — pagó píngües cantidades al aliado turco para contener a los refugiados sirios y afganos; Italia y otros países rivereños pagan a unos irreconocibles poderes libios para sostener, al precio que sea, la barrera en ese país; Reino Unido intenta expulsar a sus refugiados a terceros países, siguiendo el modelo incivil e incivilizado de Australia, que los deporta a islas…

Pero si uno quiere librarse de hacer la tabiquería de un edificio y para ello paga a otro que le promete hacerlo bueno, bonito y barato, luego no puede extrañarse de que obreros sin seguridad, formación, contratos legales, se caigan de los andamios.

Hoy asistimos al triste precio de esta política de subcontratación, y en nuestro país nos percatamos de las consecuencias de entregarnos a socios tan poco fiables en materia de derechos humanos como Marruecos en esta materia. Ahora no ha sido una maniobra de Mohamed V para presionarnos, no. En esta ocasión los subcontratados seguramente han hecho su trabajo con celo y entrega, incluso preocupados por que el pagador quedara contento. Y de los métodos utilizados por la policía del país vecino quedan como testigos mudos pero elocuentes 18 cadáveres de hombres jóvenes, fuertes, cuyos cuerpos quedarán además a estudio de unas instituciones judiciales carentes de independencia con nula seguridad de que saquen a la luz ni tan siquiera una aclaración creíble de lo ocurrido. Se nos dice ya que se han aplastado unos a otros en una vaguada. Ojalá pudiera creerlo, pero dadas las circunstancias, no puedo.

Todo acaba siendo consecuencia de lo mismo, y todo, al final, conduce a una única responsabilidad. Compartida, si, con otros muchos, pero principal, del artífice y sostén de esa política, que ya nos intentó engañar antes con la retirada de las concertinas… para pagar al vecino para que las colocara él, con nuestro dinero, al otro lado de la frontera. El ministro del Interior, Grande Marlaska, saldrá a la palestra a decir que él no tiene nada que ver con lo ocurrido; para tranquilizar las preocupaciones de unos nos explicará que los distintos sobornos hispánicos (Sahara incluido) siguen funcionando y que si han pasado unos cuantos no ha sido por no impedírseles; que también hay heridos entre las fuerzas policiales (así, a mogollón, como si fuera igual un moratón que perder un ojo o una pierna) y para tranquilizar a las conciencias dirá que todo ha sido una terrible desgracia accidental, pero que responsabilidad por nuestra parte, ninguna.

Y de nuevo ojalá pudiéramos creerle, pero dadas las circunstancias, perverso inocente será quien lo haga.

Francisco SOLANS PUYUELO. Secretario Portavoz de Extranjeristas en Red

QUERIDOS AMIGOS:

QUERIDOS AMIGOS:

Durante siete años de mi vida, los iniciales de mi vida laboral, me entregué en cuerpo y alma a defender los derechos de los inmigrantes desde un sindicato, CCOO, al que siempre agradecí algo que pocos han valorado.

Los sindicatos y la inmigración se enfrentaron, allá por los primeros 90, a un dilema entre entender que los inmigrantes son unos trabajadores más, y como tales merecen ser defendidos y protegidos en su derecho a la igualdad, o entender que puedan ser una amenaza al derecho del resto de trabajadores pues sean utilizados para un dumping social y amenazar con ellos los derechos de los trabajadores.

Ese dilema se puede traducir en otros muchos, y sólo mencionaré que es reproducción entre principios y pragmatismo, entre largoplacismo y cortoplacismo.

Cuando comencé a trabajar en CCOO no sólo vi que el sindicato resolvía con determinación y fuerza su dilema en el sentido correcto – no insultaré al lector señalando cuál sea – sino que en tiempos en que la unidad de acción sindical era una apuesta nueva, muy rentable para el movimiento, y aun poco consolidada, consiguió arrastrar consigo a una aún dubitativa UGT.

Los  sindicatos, así, se sumaron e incluso lideraron un consenso de la sociedad civil en torno a la idea de la defensa de los derechos de los inmigrantes, que por ser extranjeros han sido y son víctimas de su falta de derecho al voto y de la demagogia repulsiva del más rastrero populismo de la extrema derecha. Tanto marcó la diferencia este debate que en muchos momentos fue el fiel de la balanza entre las dos sensibilidades de esa abigarrada familia que es la derecha española, pero eso es para otro día.

Toda esta reflexión – los que me conocen saben que me autoparodio como abuelo cebolleta y que no se explicar la realidad sin contar las batallas que han jalonado su historia más cercana—viene a cuento por la reacción que mis queridos amigos de los sindicatos han tenido a la apertura a audiencia pública del borrador de nuevo reglamento de extranjería.

A Extranjeristas en Red – entidad en la que me muevo y represento – también nos hubiera gustado recibir antes el borrador, pero de ahí a acusar de romper el consenso social al gobierno por habérselo facilitado al mismo tiempo que al resto de los mortales me parece detectar un complejo de prima donna que se deberían hacer mirar. Los procedimientos son normas, y que se cumplan, nunca es motivo de sentirse ofendido, y aquí se ha cumplido.

Más me preocupa la acusación a la reforma, a su fondo, de ser clasista, porque me parece que no sólo devuelve a mis amigos sindicalistas a aquellos tiempos en que algunos de ellos no tenían clara la solución del dilema, sino que además rompe el consenso con la sociedad civil a la que me gustaría pensar que siguen perteneciendo.

Tampoco ignoraremos que la personalidad del Ministro que ha anunciado la reforma no es del agrado de muchos, por muy diversas y distintas razones que es justo no mezclar, aunque los arcanos de la alta política son como son. Lo que no cabe reprocharle a Escribá es que desde el primer día anunció sus intenciones de reformar un sistema que con todo acierto ha calificado siempre de excesivamente burocrático e injusto, y justo es reconocérselo por mi parte, poco acostumbrado a elogiar a poderosos de cualquier estrato.

A falta de una lectura sosegada y en profundidad del borrador, se aprecian en el mismo líneas muy positivas y favorables, y eso debe ser saludado. Llevamos tiempo reclamando una regularización necesaria – algo en lo que ya mis queridos amigos sindicales se apartaron del consenso social –, lo que se nos ha negado, por lo que ampliar y desburocratizar los supuestos bien está. Llevamos tiempo criticando una política injusta y estúpida de inmigración – Gonzalo Fanjul dixit, y me sumo a ese resumen – por lo que cualquier avance en la dirección contraria debe ser aplaudido.

Comienza ahora un debate y una audiencia pública en la que no es bueno tomar posiciones preliminares. Lo dicho, estudiemos en profundidad,– nosotros nos vamos a tomar un tiempo para hacer análisis– hagamos las críticas y aportaciones fundadas y en detalle, y sobre todo, mantengamos la coherencia.

Hipólito

El lenguaje, esa especie de trama multidimensional en la que nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos, a veces es limitado y frustrante. Es por eso que nacen las largas peroratas para explicar lo más simple, o simplemente nace la poesía para romper esos límites.

Hipólito era mi amigo. Pero no sólo. Y así lo ha entendido tanta gente que me ha llamado para darme el pésame como si fuera un pariente cercano, y a los que tanto se lo agradezco. Pero no era un pariente. Era alguien con quien había construido una sintonía durante años, en torno a unas ideas comunes, o – como a él le gustaba decir – por “beber de las mismas fuentes”. Apenas recuerdo alguna vez que no estuviéramos de acuerdo. Incluso llegó a preocuparme. ¿Sintonía es la palabra?. Una metáfora musical resulta adecuada, si, pero es eso, una metáfora, pues era también algo más.

Andrés, Alfredo e Hipólito

Soy consciente de ser bastante torpe en la identificación de tipologías humanas – la vida me ha dado unas cuantas tortas en forma de errores garrafales – y ello me ha hecho no confiar en las primeras impresiones. Y cuando Hipólito se acercaba a las actividades y reuniones de la Sección de Extranjería ejercí mi torpeza desconfiando de él. Nunca se lo confesé, pero fue otro error, aunque en el sentido contrario, pues su generosidad sin límite, su esfuerzo, su trabajo, su conocimiento, vencieron cualquier obstáculo que mi torpeza pusiera. Pero sobre todo su convicción y demostración práctica de que en esto no estamos ni por dinero, ni por prestigio, ni por poder, ni por nada de eso que el mundo aprecia. Por ese otro motivo quizá que bebimos de aquellas mismas fuentes y que quizá tan poca gente entiende, porque al fin y al cabo no es de este mundo. A ver cómo, si no, se le puede explicar a alguien — como tan certeramente resumía — que el derecho de extranjería tiene tres patas: derechos humanos, derechos humanos y derechos humanos.

A esa incomprensión también nos enfrentamos juntos, y la eludimos quizá con una de las pocas cosas que nos diferenciaba y por la que tanto le envidié: frente a mi rabia de profeta lleno de divina ira, frente al aragonés arrebato de conciencia, Hipólito me aplacaba: “se llega más lejos con una sonrisa que con la punta de la espada”. Y con su sonrisa me desarmaba, y con su sonrisa llegaba lejos, muy lejos.

El tiempo ahora se nos abre como una oportunidad de celebrar su vida, de darle gracias a la vida por él, de recordarle entre amigos, de echarle de menos en cada encuentro, cada vez que una sentencia o una nueva norma nos interpele a afilar nuestro espíritu crítico para analizar cómo veladamente perjudica los derechos humanos de aquellos que menos derechos tienen, a rebuscar soluciones y estrategias alternativas para seguir defendiéndoles. Y aunque otros espero que irán llenando esos vacíos que dejan, en nuestro hálito quedará una especie de sombra que ninguna luz apague, porque es una sombra con nombre propio.

Con el decano del Colegio de Lleida, en nuestros bolos juntos

Desde ayer me repito que entro en una edad en que esto será cada vez más frecuente, que el mejor homenaje que puedo hacerle es seguir luchando – porque este trabajo es una lucha, sin metáfora alguna, nadie se llame a engaño – por lo que ambos creímos y contribuimos a construir juntos, pero este lunes de mañana me despertó un hachazo invisible, un golpe helado, un empujón brutal me derribó y me dejó tendido y sin poderme levantar aun.

Aunque lo haré, me levantaré de nuevo. Y lo haré, sobre todo, porque se lo debo.

Al fondo, en un encuentro de extranjeristas. Los tres mosqueteros: Hipólito, Vladimir, y yo juntos.

POLIZONES, otra vez. Más que nada por molestar y ser inoportuno.

Leo en un periódico https://www.elmundo.es/espana/2022/02/17/620e9b4efdddff544a8b4579.html que un inmigrante africano que se dedica a la marina de pesca ha sido uno de los supervivientes del trágico naufragio del Villa de Pitanxo, que ocupa por tanto un puesto de trabajo poco solicitado, en el que casi pierde la vida, y que llegó a nuestro país, tiempo ha, como polizón de un barco mucho mayor de ese en el que ahora trabaja, subido durante 11 dias al timón. Y me ha dolido la muerte de esos pescadores que le acompañaban, pero no puedo evitar que al leer su historia lo primero que me venga a la mente es esa espina que tengo clavada, y no consigo sacarme, esa batalla aún por ganar ( https://pacosolans.wordpress.com/2016/01/25/la-batalla-de-los-polizones-i/ https://pacosolans.wordpress.com/2016/02/08/la-batalla-de-los-polizones-y-ii/ ). en la que esconden a un tipo de inmigrantes que a nivel de derechos suponen la última escala, la hez, la escoria, los no personas, los inexistentes, los ocultos, los incontables por innombrables. Los que llegan y siguen llegando – lo sé, no los veo, no oigo sobre ellos, pero están ahí – como polizones escondidos en barcos que atracan en sus países para recoger las mercancías que sus ricos y empobrecidos países – no, no es contradictorio – vomitan para nuestro consumo y bienestar.

A veces agitan un titular de prensa, se les pone un nombre genérico: el irregular, el ilegal, el polizón, el clandestino, que al menos es un nombre, porque consiguen hacerse ver. Unas veces con una huida de película a través de los muelles, otras entregando sus cadáveres a la vista de un sorprendido portuario que estaba descargando el barco. Pero nada más.

La razón de ese silencio ignominioso es la espina a la que me refiero. Según una peculiar interpretación que nadie se atreve a rebatir, no tienen derechos, no son nada. Si llegan en un barco de bandera x no han salido del país x, luego no pueden pedir derechos como territorio español; la policía sube al barco a hacer su inspección, pero no tienen derecho a abogado independiente, y mucho menos parcial a su favor, y la frase que les daría algún derecho “quiero entrar en España” curiosamente nadie la oye nunca; nadie les informa ni les asesora, la compañía naviera clama por que le dejen descargar rápido y seguir viaje – mucho dinero se paga por un atraque por horas para que éste sea prolongado por estas nimiedades –, en el próximo puerto quizá haya más suerte. Se supone que, aunque estén encerrados en un camarote – con suerte – no están detenidos, ni tan siquiera están en España para que se les apliquen nuestras leyes – según conveniencia interpretativa, claro – y para las autoridades son un problema. Lean aquí la palabra problema como si estuviera escrita en letras grandes y negras intentando tapar otra palabra escrita con lápiz tenue y trazo tembloroso: persona.

Una instrucción escrita de la policía –y que el Defensor del Pueblo ya se ha hartado de pedir que se revise y se incluya el derecho de asistencia jurídica gratuita– indica que en estos casos en que se localiza un polizón a bordo la obligación de la naviera es avisar el próximo puerto y si éste es español la policía subirá a una inspección rutinaria de la que no tiene por qué informar a nadie, y cuyo resultado se refleja en un acta que nadie pide leer, en la que firma una serie de gente nada sospechosa de estar libre de intereses en el asunto, y que termina siempre con el siguiente exabrupto inverosimil: “si desea añadir algo más: nada.”

No sabemos, por tanto, cuántos son, quiénes son, de dónde vienen. Sabemos que están porque en contadísimas ocasiones consiguieron llamar la atención y que un abogado atento, un militante social, reivindicó con éxito que se le escuchara. Así fue con nuestro amigo mencionado al principio, pero del resto sabemos muy poco, ni tan siquiera si llegaron a otro puerto, o no llegaron. Ahora que nos damos cuenta — ¡oh, qué sorpresa! ¡¿pero cómo?, si nos lo decían con tanta convicción! ¡y tan serios, estos señores tan serios y tan formales a los que pagamos para que nos cuiden!– de que era simplemente mentira aquello de que no podemos, de que no cabemos todos, de que son un peligro, de que las fronteras, y los puestos de trabajo, y los servicios sociales y toda la parafernalia, ahora que acogemos – ¡por fin y espero que sin fin!– con los brazos abiertos a unos hermanos desarbolados por la avaricia ajena y la agresión, me acuerdo yo, mira por dónde, de estos pobres a los que ayer mismo, mañana, pasado, no sé, les tratamos con mayor desprecio que a la nada de los nadies